Antes de definir tu branding verbal para negocios conscientes, tenemos que hacer una parada obligada por el concepto de "cliente ideal".

La sola idea de escribir "cliente ideal" puede ser aburridora, pero ¡qué necesaria resulta para vender servicios online!

Pensemos de esta forma: si no sé a quién le escribo, tampoco sé cómo escribirle.

Puede suceder y sucede, que te encuentres en un punto ciego que te impide percibir a quién podrías ayudar mejor.

Quienes tenemos vocación de servicio, elegimos nuestra área de especialización y el cliente específico al que nos dirigimos, siguiendo -casi ciegamente- el deseo de ayudar.

De forma instintiva, adquirimos conocimiento y experiencia para contribuir con la máxima cantidad de personas.

Si en un tema, se dan ambas condiciones -conocimiento y experiencia- se disipan las dudas a la hora de definir tu práctica matriz online y para reconocer quienes son tus clientes ideales.

¿En qué tema se amalgaman tu conocimiento y experiencia?

¿A qué personas ayudarías escribiendo sobre ese tema?

¿Se parecen a tus clientes actuales?

Cuando pudimos responder estas preguntas, el reto es definir cómo expresarte para atraer a quienes quieras atraer y repeler los que no te interesa tener cerca.

En tu vocabulario proliferan los términos técnicos. El léxico propio de tu saber destella en toda conversación. Palabras como "bloqueo" y "sistémico" emergen con la misma fluidez que "tenedor" o  "computadora".

¿Así es? Empecemos desde cero.

Si me expreso con los términos de mis colegas, ¿a quién voy a atraer? Repita conmigo: a mis colegas.

El diseño de tu branding verbal es un desaprender lo aprendido hasta el momento, para escuchar activamente la forma en la cual se expresan las personas que recibirían un beneficio de tu servicio, lo saben y pueden pagarlo.

Para atraerlo, tendrías que hablar y escribir con sus propias palabras.

¿Qué palabras vas a escuchar con especial interés?

Las que describen "el problema" o "la situación" que experimentan como conflictiva y que tu servicio resuelve.

¿Dónde vas a escuchar esas palabras que son el eje de tu branding verbal para negocios conscientes?

En donde se encuentran las personas que se parecen al retrato de tu cliente ideal. En comunidades sociales y foros, en los comentarios de perfiles profesionales similares al tuyo o afines. En reseñas de Amazon Kindle o en videos de Youtube.

Hecho esto, la conclusión de este segundo paso sería formular sin vueltas el siguiente enunciado:

"Soy (tu nombre) y ayudo a (cliente definido) a resolver (problema o situación) con (método específico)".

Por ejemplo: soy Paula y ayudo a psicólogas, coaches, mentoras y consultoras a definir su práctica matriz y vender servicios online con mi sistema, Vende.

Por supuesto, el esquema anterior podrías formularlo de diez formas distintas y todas ellas podrían ser mejores que tu primera redacción.

No te detengas en ese pensamiento.

Ya tendrás la oportunidad de hacerlo.

Lo esencial es que el enunciado final sea claro. No perspicaz o ingenioso: claro.

El ejercicio de encontrar el relato inherente a tu práctica matriz tiene como punto de partida el reconocimiento de tres factores:

• Campo semántico.

• Imaginario y simbolismos.

• Historia semilla.

No sería mi metodología si no incluyera la reflexión sobre estos aspectos.

Si te interesa trabajar tu branding verbal para negocios conscientes, identificando tu campo semántico y escribiendo la historia semilla de tu marca, te invito a que conversemos sobre cómo una mentoría puede ayudarte a vender más y mejor tus servicios.